El círculo cromático
El círculo cromático es un concepto utilzado por los profesionales de la decoración, pero es muy util también para los novatos. Antes de revelarte 3 trucos infalibles para combinar colores en tu hogar, un rápido punto teórico es necesario.
Esta rueda de colores es una representación gráfica en la que se diferencian los 6 colores cálidos y los 6 colores fríos. Se divide en doce colores de base, repartidos en 3 categorías.
- Los colores primarios
El azul, el amarillo y el rojo. Son colores básicos que no se pueden obtener de una mezcla de otros pero con los que se puede crear nuevos.
- Los colores secundarios
El verde, el naranja y el violeta surgen de una combionación de los colores primarios. Así, el azul y el amarillo forman el verde, el amarillo y el rojo forman el naranja y el rojo y el azul forman el violeta. Se encuentran en el centro de los dos colores primarios que los componen.
- Los colores terciarios
El amarillo verdoso, el ocre, el bermellón, el púrpura y el azul turquesa se consiguen al combinar un color primario con un color secundario. Así, el verde y el amarillo forman el amarillo verdoso, el amarillo y el naranja forman el ocre, el naranja y el rojo forman el bermellón...etc. Se encuentran entre el color primario y el color segundario que los componen.
3 técnicas para hacer buenas combinaciones de colores
El monocromo
¿Te suena el Tie & Dye? Entonces, ¡Ya sabes lo que es la armonía monocromática! Se trata de varios tonos de un mismo color. Se consigue mediante un sólo color base al que aportamos matices con diferentes tonalidades claras y oscuras. En el círculo cromático, cuanto más nos acercamos del centro, más claros y luminosos son los colores. Este método facilita la elección de los colores y es ideal si quieres crear un espacio relajante y armonioso.
Para decorar tu estancia en un solo color, empieza por elegir tu color base más oscuro y baje en el círculo cromático para encontrar los tonos más claros. Si no sabías cómo armonizar los colores de tu dormitorio, ahora tienes la respuesta. El monocromo es ideal para los espacios de descanso. Por ejemplo, puedes pintar una pared del cuarto en azul y optar por una funda nórdica de uno o dos tonos más claros y completar con accesorios deco (alfombra, cortina, manta..) aún más claros. No dude en jugar con las texturas para darle un toque más sofisticado a tu deco.
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La armonía de los colores análogos
Los colores análogos son los que se encuentran uno al lado del otro en el círculo cromático, producen una sensación de armonía. Puedes elegir dos o tres colores máximo. Un poco más sofisticado que el monocromo, esta técnica dará vida a tu hogar.
Estos colores no contrastan y armonizan bien entre sí. Podrás conseguir un resultado interesante al jugar con las tonalidades (nivel de luminosidad), eso dará un toque contemporáneo a tu deco. Por ejemplo, puedes optar por una manta color ocre con dos cojines naranja y bermellón en tonos más claros, refiriéndote al círculo cromático. Otra idea: apostar por una mezcla de azul turquesa, verde y unos toques de amarillo para un salón sofisticado.
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El contraste
El contraste hace referencia a los colores opuestos en el círculo cromático, llamados también colores complementarios. Esta estrategía permite crear una decoración refinada y atrevida. El color se destaca aún más cuando está al lado de su color opuesto, sobre todo si se trata de un color oscuro.
Mejor evitar un equilibrio perfecto entre los dos colores, podría causar una fatiga visual. Elige un color dominante y pon sólo unos toques del color opuesto. Así, en una salón un sofá de cuero claro resaltará contra una pared azul. Otras opciones: el rojo ladrillo y el verde, o el amarillo y el azul.
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